miércoles, 3 de agosto de 2011

Salida al Cerro del Hierro

Como viene siendo habitual en los últimos fines de semana, fuimos al Cerro del Hierro a echar un buen día de entrenamiento en roca, que después de toda la semana, nosotras lo valemos. 

También es parte de un plan de revisión y recopilación de datos sobre los sectores, vías, caminos, etc., que hay en esta escuela, muy cercana a Sevilla capital, y con muchas opciones, sobretodo, para novatos como nosotras.


Lo primero, vamos a ponernos en situación… El Cerro del Hierro es un monumento natural situado en San Nicolás del Puerto que, como su nombre indica, tiene una gran presencia de hierro en las rocas, por lo que fue un enclave minero que se mantuvo desde época romana hasta el siglo pasado. Estos trabajos dejaron al descubierto un paisaje de formas y colores únicos en el que dominan las agujas, corredores o lapiaces. Las responsables de esta singular belleza son las calizas, rocas que sufrieron una erosión parcial por efecto de la lluvia y de la nieve, dando lugar a este espectacular karst que hoy es reclamo para amantes de la escalada (Fuente:
 Junta de Andalucía).


¿Cómo llegar? Desde Sevilla capital se coge la A-4 en dirección Córdoba, y se toma el desvío de Lora del Río (Salida 506). Desde Lora se coge dirección Constantina, y una vez allí, dirección San Nicolás del Puerto. A unos 8 km. por esta carretera, encontraremos el desvío al Cerro a mano derecha. En total se tarda como 1 hora y 15 minutos.
Dejaremos el coche en el parking que hay junto a la Casa de los Ingleses, unas construcciones que ahora mismo se usan como centro de interpretación, y tomaremos el camino que asciende hacia el karst, pasando la barrera que prohibe el paso a vehículos.

Para llegar a los primeros sectores se tarda como unos 5 minutos, pero nosotras, como novatas, preferimos subir hasta el Callejón de la Cigüeña (o callejón del mono también en algunas guías), donde tenemos varios IV y V que son bastante asequibles. Para subir a este sector tenemos que seguir todo el camino adaptado hasta que dejemos a la derecha los restos de una casa con unos conectores de cables (era un antiguo transformador) y a la izquierda, otra con una chimenea (un compresor). Tal como pasamos esto, encontraremos a la derecha una pedrera que sube (sí, es un poco inclinada), por la que llegaremos al nivel superior del Cerro. Tal como subimos, hacia la derecha pasamos por un callejón que tiene una piedra caída en medio y nos recuerda que hay que mantener el tipito, si no, no se pasa. Al salir del callejón, continuamos pegados a la una vallita que hay a la derecha, y tachán!, ya hemos llegado al Callejón de la Cigüeña (aquí un planito, que una imagen vale más que mil palabras).

Una vez hemos llegado al sector en el que vamos a escalar toca elegir vía, así que aquí vienen dos imágenes cogidas de la  Guía del Monumento Natural del Cerro del Hierro (Daan Aventura) con los croquis del sector.

Zona de la izquierda, tiene más sombra por la tarde.
Zona de la derecha, con sol a partir de media mañana.
Para calentar, al llegar que todavía debería ser temprano y da la sombrita, a nosotras nos gusta empezar con “La cuesta de la cabra”. Es un IV bastante sencillito, con repisas muy cómodas y no muy alto, así no mucho impone cuando el café aún no ha hecho efecto.

Después, ya es cuestión de gustos… Hasta ahora nos habíamos centrado un poco “Juan Breva”, otro IV facilón (sí, no estamos para muchos trotes), pero este fin de semana hemos subido de nivel, y hemos tenido nuestro primer contacto con “La Malena”. Digamos que Malena y nosotras hemos tenido una laaaaaarga relación de fin de semana… toda una hora para montarla… podría haber sido peor, lo mismo se hubiera puesto más cabezota y no nos hubiera dejado, pero tuvo el detalle de después de varios cardenales y arañazos, dejarnos disfrutar de toda ella… Eso sí, aviso para navegantes, la montamos por la variante, no porque seamos muy chulas, sino porque nos resultó a simple vista más cómoda.

Personalmente, puedo decir que ha sido lo más duro que he hecho hasta la fecha... Montamos a vista y la verdad, lo peor fue lo psicológico, la altura y las repisas hacen que pienses... Sí, a veces se pasa miedo... pero, ¿qué sería de este deporte sin ese movimiento en las tripas? Conclusión, ¡hace falta más entrenamiento!